Una de las grandes críticas que los conocedores del baloncesto nacional hacen es que en el inicio del torneo muchos equipos llegan prácticamente a realizar su pretemporada en plena competencia. Justamente el coach de Piratas de Bogotá, César Cassiani, reconoció que los primeros partidos del subcampeón fueron duros para su equipo por esa falta de ritmo, pero que se lograron adaptar. Sin embargo, Búcaros de Bucaramanga vivió una historia diferente.
El quinteto de Bucaramanga fue la muestra de cómo el trabajo serio desde el principio obtiene sus resultados y su organización se reflejó durante todo el campeonato, siendo líder inapelable durante la temporada regular y teniendo apenas dos derrotas en todo lo corrido del torneo. Fueron la mejor defensa y la mejor ofensiva y siempre se le vio muy compacto en el maderamen.
El acierto vino desde la confección de la nómina y eso fue algo que el propio Carlos Parra, presidente del equipo, supo desde la presentación del campeonato, cuando advirtió que tenía cómo ser campeón gracias a un trabajo duro de financiación (sufrió un poco, pero se pudo). Lo primero que hicieron fue traerse a un coach comoBernardo Fitz González que empezó desde muy temprano a trabajar y que se trajo a fichas claves con las que se lució en Patriotas como Horace Wormely y Michael Jackson, ambos al final grandes figuras. Muy coherente.
El propio Fitz González reconoció que se sorprende de que muchos equipos lleguen sin pretemporada y que en algunos casos se armen en el camino, pues en su caso tuvo la oportunidad de prepararse y porque su metodología, la misma que aplicó en Patriotas para ser semifinalista y con la que viene desde su experiencia en Estados Unidos, implica trabajo previo, el mismo que ahora le da su primer título en el baloncesto profesional colombiano.
“Un título no es improvisado, hay que organizar el equipo antes de que empiece el torneo, uno se adelanta a los hechos, así como Búcaros: por eso conformaron el equipo que tienen”, reconoció Tomás Díaz, coach de Águilas de Tunja, campeón en el primer semestre del año y que ya tiene dos títulos en el baloncesto nacional.
Búcaros de Bucaramanga es un ejemplo de que la preparación y el trabajo siempre otorga sus premios y que no solo a nivel profesionl sino aficionado es un caso que sirve para aplicar en las canchas, desde el entrenamiento. Ojo al baloncesto aficionado: este es un caso para aprender.
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