Si bien los fanáticos de baloncesto y fútbol defienden muchas veces las ventajas de su disciplina favorita sobre la otra, el deporte siempre tiene puntos de encuentro y para este caso no es la excepción. Para aquellos que critican al otro, es valioso entender que existen muchas similitudes.
Hay casos de jugadores de básquet que comenzaron practicando fútbol y viceversa. Existen arqueros de fútbol que pueden pelotear la pelota naranja. Los entrenamientos de salto, resistencia, agilidad y fuerza en brazos y piernas, eficientes para evitar un gol, también se pueden aplicar sin ningún problema para lanzamientos, driblar y hacer dunkeos en el aro. Siempre se recomienda que el portero en el balompié sea tan alto como un basquetbolista.
Ambos deportes tienen bondades en su entrenamiento. Las rutinas para la preparación física no difieren mucho y ayudan a los jugadores a desarrollarse, tener hábitos saludables y una mentalidad fuerte. La cosa cambia, como es obvio, a la hora de entrenar para las exigencias propias de cada uno.
Aquí no es pies o manos. En uno jamás se usan los pies para patear un balón, y en el otro no se usa las manos para manejo de pelota, pero en cada uno es necesario trabajar en ambas extremidades. Para el baloncesto, el trabajo de piernas es crucial para funciones defensivas (así se puede bloquear a un oponente al no dejarlo pasar).
Los dos deportes requieren constante actividad por la gran cantidad de pases y movimientos. Por eso hablamos de un armador que organice las acciones en cada actividad, así que ambos son muy dinámicos y pueden requerir de varias jugadas para llegar a anotar (pese a que en el básquet es más fácil una cesta).
Por último: ambos deportes son una pasión en varios rincones del mundo. No hay que competir para saber cuál es mejor. Se trata del deporte en general, que nos une en torno a la vida sana y alegre.
Excelente..ganaré 5 jj
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